La vida de Jayne Mansfield, una de las sex symbols más emblemáticas de Hollywood en la década de 1950 y 1960, estuvo rodeada de glamour, éxito y, lamentablemente, de tragedias y misterios. Uno de los aspectos más enigmáticos y discutidos de su vida fue su presunto vínculo con el ocultismo y, específicamente, un supuesto «pacto infernal» que habría realizado con la figura notoria de la Iglesia de Satanás, Anton LaVey. Este artículo desentraña la historia detrás de estas oscuras especulaciones y arroja luz sobre los hechos verificados.
El encuentro con Anton LaVey
Jayne Mansfield, conocida por su carrera en el cine y por su imagen pública vibrante y a veces controvertida, se topó con Anton LaVey, fundador de la Iglesia de Satanás, a mediados de los años 60. LaVey, una figura carismática y polémica, captó la atención de muchos famosos de la época, incluida Mansfield. Se dice que ambos se conocieron durante una de las visitas de Jayne a San Francisco, y rápidamente Mansfield quedó fascinada por las enseñanzas y el estilo personal de LaVey.
La fascinación de Mansfield por lo oculto
Además de su interés en LaVey, Mansfield mostró una curiosidad creciente por lo oculto y lo esotérico. Esta inclinación no era rara en esa época, pues muchas celebridades exploraban diversas creencias y prácticas espirituales. Sin embargo, el interés de Mansfield por estas cuestiones fue retratado de manera sensacionalista por la prensa, lo que contribuyó a crear una imagen de ella más misteriosa y oscura de lo que posiblemente era en realidad.
El supuesto pacto
El rumor más persistente y escalofriante en torno a la relación entre Mansfield y LaVey fue la especulación de que Jayne había hecho un pacto con él, o incluso con el diablo, buscando fama y fortuna eternas. Aunque esta historia es fascinante y alimenta la leyenda de la actriz, no hay evidencias concretas que confirmen tal pacto. Los críticos y estudiosos del tema sugieren que esta leyenda fue una mezcla de la personalidad teatral de LaVey y el amor de Mansfield por la publicidad y el escándalo.
El trágico final y las especulaciones
La vida de Jayne Mansfield llegó a un abrupto final en un trágico accidente de coche en 1967. Este evento fue inmediatamente envuelto en rumores y teorías de conspiración, muchos de los cuales sugerían que su muerte fue el resultado de su involucramiento con LaVey y el ocultismo. Sin embargo, investigaciones y reportes policiales concluyeron que fue un accidente causado por condiciones adversas en la carretera y errores humanos, sin ninguna conexión sobrenatural.
Legado y reflexiones
A pesar de las controversias y los misterios que rodearon su vida y muerte, Jayne Mansfield dejó un legado indiscutible en el cine y la cultura popular. Su vida, llena de tanto esplendor como de sombras, sigue siendo objeto de fascinación y estudio. Las historias sobre su relación con Anton LaVey y la Iglesia de Satanás, aunque no verificadas completamente, forman parte del mito que rodea a la actriz.
En resumen, la historia del supuesto «pacto infernal» de Jayne Mansfield con Anton LaVey forma parte de la leyenda de la actriz, alimentada tanto por su vida llena de eventos dramáticos como por su trágico y temprano final. Aunque es crucial abordar estas narrativas con escepticismo y crítica, no cabe duda de que añaden un intrigante capítulo al folclore de Hollywood. Las conexiones de Mansfield con el ocultismo, reales o exageradas, demuestran cómo la vida de una estrella puede entrelazarse con la cultura popular y las creencias de una era, dejando un legado que es tanto cinematográfico como mítico.